LEA:
Nehemías 8:1-12 | Hace poco, estaba padeciendo un terrible resfriado y perdí el
apetito. Podía pasar todo el día casi sin comer. Me bastaba con beber agua,
pero sabía que no podría sobrevivir mucho tiempo así. Tenía que recuperar el
apetito porque mi cuerpo necesitaba alimentarse.
Cuando los
israelitas volvieron del exilio en Babilonia, su apetito espiritual estaba
debilitado, ya que se habían alejado de Dios y sus caminos. Para que la gente
recuperara la salud espiritual, Nehemías organizó un seminario bíblico, y
Esdras fue el maestro.
Esdras leyó
del libro de la ley de Moisés desde el amanecer hasta el mediodía, para
alimentar al pueblo con la verdad de Dios (Nehemías 8:3), y todos escucharon
atentamente. Es más, su apetito por la Palabra de Dios se despertó de tal
manera que los jefes de familia, los sacerdotes y los levitas se reunieron al
día siguiente con Esdras para estudiar la ley de manera más detallada, porque
querían entenderla mejor (v. 13).
Cuando nos
sentimos separados de Dios o espiritualmente débiles, podemos hallar alimento
espiritual en su Palabra. «Desead, como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación» (1 Pedro
2:2). Pídele al Señor que renueve tu deseo de tener comunión con Él, y empieza
a alimentar tu corazón, alma y mente en su Palabra.
Al
alimentarnos de la Palabra de Dios, nos mantenemos fuertes y saludables en Él.
(Nuestro Pan Diario)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.