LEA: 2
Corintios 4:16-18 | Fanny Crosby perdió la vista cuando era niña. Aun así y de
manera asombrosa, se convirtió en una de las escritoras más famosas de himnos
cristianos. Durante su larga vida, escribió más de 9.000 himnos. Entre ellos,
se encuentran algunos de los favoritos de todos los tiempos, como «Esta es mi
historia» y «A Dios sea la gloria».
Algunos
sentían mucha pena por ella. Un predicador bien intencionado le dijo: «Pienso
que es una gran pena que el Señor no te haya dado la vista, ya que ha derramado
sobre ti tantos otros talentos». Resulta difícil de creer, pero ella respondió:
«¿Sabe que si al nacer hubiese podido pedir algo, habría pedido nacer ciega?
[…] porque al llegar al cielo, el primer rostro que mis ojos verían gozosos
sería el de mi Salvador».
Fanny veía
la vida desde una perspectiva eterna. Nuestros problemas lucen distintos en
vista de la eternidad: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en
nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros
las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son
temporales, pero las que no se ven son eternas» (2 Corintios 4:17-18).
¡Todas
nuestras pruebas palidecen cuando recordamos ese día glorioso en que veremos a
Jesús!
Nuestra
manera de ver la eternidad afectará cómo vivamos el hoy.
(Nuestro
Pan Diario)
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