jueves, 12 de diciembre de 2013

¿Disfraz o uniforme?




 LEA: Romanos 13:11-14 | En una inspiradora charla sobre el discipulado cristiano, Eunice McGarrahan declaró: «Un disfraz es algo que te pones, y simulas ser lo que tal vestimenta representa. Por el contrario, un uniforme te recuerda que eres exactamente lo que llevas puesto».

 Su comentario me hizo recordar el día que llegué al entrenamiento básico del ejército, cuando nos dieron una caja y nos ordenaron que pusiéramos adentro toda nuestra ropa de civil. La caja fue enviada por correo al domicilio particular de cada uno. Después, nuestro uniforme nos recordaba que nos habíamos incorporado a un período de entrenamiento disciplinado cuyo propósito era cambiar nuestras actitudes y acciones.

El apóstol Pablo les dijo a los seguidores de Jesús que vivían en Roma: «Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, y vistámonos las armas de la luz» (Romanos 13:12). A continuación, instruyó: «vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de la carne» (v. 14). La meta de todo este desechar y vestirse es obtener una nueva identidad y transformar la vida (v. 13).

Cuando decidimos seguir a Cristo como Señor, Dios inicia el proceso de hacernos cada día más semejantes a Él. No se trata de simular ser algo que no somos, sino de convertirnos cada vez más en lo que sí somos en Cristo.

«El discipulado es gratis… pero te costará la vida». —Dietrich Bonhoeffer

(Nuestro Pan Diario)

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