LEA: Salmo
103:1-11 | Una vez, invité a varias personas a mi casa, y temí que el menú que
había planeado no fuera suficiente para todos. Sin embargo, no tendría que
haberme preocupado. Inesperadamente, algunos amigos hicieron sus aportes y
todos pudimos disfrutar la sorpresa adicional. Tuvimos más que suficiente y
pudimos compartir de la abundancia.
Servimos a
un Dios que es permanentemente «más que suficiente». Podemos ver su naturaleza
generosa en su manera de amar a sus hijos.
En el Salmo
103, David enumera la gran cantidad de beneficios que nuestro Padre nos
concede. El versículo 4 declara que libra nuestra vida de la destrucción y que
nos corona de favores y misericordias.
El apóstol
Pablo nos recuerda que Dios «nos ha bendecido con toda bendición espiritual» y
que «es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o
entendemos» (Efesios 1:3; 3:20).
Por su gran
amor, somos llamados hijos de Dios (1 Juan 3:1), y su gracia nos da «siempre en
todas las cosas todo lo suficiente» para que «[abundemos] para toda buena obra»
(2 Corintios 9:8).
El amor y
la gracia de Dios que se han derramado en nuestra vida nos capacitan para compartir
estas cualidades con los demás. ¡El Dios de poder y provisión es siempre el
Señor del «más que suficiente»!
Siempre
tenemos suficiente cuando Dios es nuestro proveedor.
(Nuestro
Pan Diario)
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