El amor no
es un juego de lotería ni un golpe de suerte; es un descubrimiento y una
elección. Encontrar el amor de tu vida podría llevar tiempo, y eso es
precisamente lo que la gente, especialmente las chicas, quisieran evitar. Las
presiones familiares y sociales podrían llevarte a tomar una decisión
equivocada. La impaciencia es tu peor enemigo. No te dejes traicionar por la
urgencia y las necesidades afectivas. Que se presente un candidato, no quiere
decir que sea el indicado. Lo primero no siempre es lo mejor.
Segio Marquet, en su libro Yo quiero un amor
para toda la vida, señala algunas claves para gozar de una relación sana y
duradera. He aquí algunas de ellas:
1. Estar
enamorado.
No todos los que están de novios están
enamorados, e incluso algunos, llegan al casamiento sin contar con la certeza
de este sentimiento. Hay muchas parejas que sustentan su relación en cualquier
cosa, menos en el amor. Se ponen de novios para suplir carencias emocionales e
intereses personales, por ejemplo: escapar de un hogar convulsionado o por el
temor a quedar solos. Construir una relación fundada únicamente en la simpatía,
la adrenalina, la sensualidad o un buen pasar económico es hacer castillos de
arena que no podrán soportar los embates y las tempestades de la vida. No
alcanza la buena onda, no basta con llevarse bien. Hace falta estar enamorados.
Cuando estás con una persona que no amas de verdad, no estás con la persona que
podrías estar amando con todo tu corazón.
2. Tener
metas comunes.
El matrimonio es una relación en la que ambos,
además de mirarse a los ojos, también deben mirar juntos hacia adelante.
Cuantos más aspectos tengas para compartir, más fuerte será tu relación y más
difícil será que ésta se rompa; estarás mucho más unido a la persona que se
encuentra a tu lado. No significa que tengan que estar de acuerdo en todo, pero
sí en cosas que son trascendentales, por ejemplo, la fe. “¿Andarán dos juntos
si no estuvieran de acuerdo?”, Amós 3:3. ¿Puedes charlar con tu pareja sobre temas
profundos? ¿Qué cosas tienen en común? ¿Encuentras en ella un oído que te
escuche? ¿Puedes hablar de “todo”? ¿Son amigos?
3.
Aceptar los defectos y las virtudes.
Al comienzo de la relación, las personas
tratan de ocultar sus defectos, pero el tiempo se encarga de hacerlos públicos
¿Qué cosas negativas adviertes en tu pareja? ¿Estás dispuesto a convivir con
esos defectos el resto de tu vida? Si bien es cierto que podría cambiar,
también es cierto que podría no hacerlo nunca. La palabra “acepto”, dicha en el
altar, es igual a decir: “estoy dispuesto a vivir con ellos, cambies o no”.
Insistimos: ¿estás dispuesto a vivir con alguien que tiene esos aspectos
negativos? Si dices “sí”, pon fecha de casamiento. Si dices “no”, tienes dos
alternativas: – háblalo ya mismo y dile a tu pareja que no avanzarás en tu
relación, si eso que te molesta no cambia; o puedes decir “gracias por todo… y
adiós”. Es preferible reconocer un error que continuar en el mismo.
Es mejor darse cuenta de que perdimos el
tiempo, a seguir perdiéndolo. Mientras más tiempo pases tolerando algo en tu
interior, más difícil será deshacerte de esa situación. Muchas personas
reconocen demasiado tarde que el matrimonio no soluciona lo que está mal en el
noviazgo. Por regla general, un buen noviazgo desemboca en un buen matrimonio y
un mal noviazgo resulta en un matrimonio todavía peor.
Para
meditar y actuar
“El noviazgo es ciego, pero el matrimonio te
restaura la vista”, George Lichtengberg.
“La felicidad del que ama es ver la felicidad
del ser amado”, Sergio Marquet.
En oración y, con total sinceridad, contesta
las siguientes preguntas. El resultado te dará un panorama más completo acerca
de tu relación de pareja:
¿Piensas en tu pareja la mayor parte del día?
¿La extrañas? ¿Sientes la necesidad de estar con ella?
¿Estás enamorado? Quien está enamorado sabe
que lo está y no tiene dudas de ello; y quien no lo sabe es porque
sencillamente no lo está.
¿Te casarías igual sabiendo que tu pareja
nunca cambiará los aspectos negativos que no te desagradan?
¿Comparten el mismo punto de vista con
respecto a las grandes áreas de la vida: familia, trabajo, fe, futuro? Si no
puedes decir: “somos el uno para el otro”, cuidado, hay una luz roja que podría
estar advirtiéndote de que vas por mal camino.
Publicado
con permisos de autor de Placeres Perfectos.com.ar
(Fuentes: Enfoque
a la Familia)
me quiero casar con una cristiana mi mail wilfredoleandropineda@yahoo.com
ResponderBorrarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrar