Leer | Juan
15.14-17 | Por mucho que nuestro Padre celestial se preocupe por nuestra
salvación, también está interesado en entablar una relación con nosotros —la
clase de relación que tuvo Jesús con sus discípulos.
¿Puede
usted imaginar un alago más especial que el del Señor del universo diciéndole:
“Quiero relacionarme contigo”? Lo que esto significa es que nuestro Padre
celestial quiere comunicarse con usted de manera personal. Él está interesado
en tener una conversación genuina con usted, para escucharle y para que usted
lo escuche. Anhela pasar tiempo con usted. Busca apertura y transparencia, sin
que existan secretos entre usted y Él.
Dios nos
creó a su imagen, lo que significa que podemos razonar, experimentar
sentimientos y emociones, elegir libremente y tomar decisiones. Él quiere
amarnos y que nosotros lo amemos en reciprocidad. Nos considera mucho más que
siervos, nos considera amigos en quienes puede confiar. Fue por esto que Jesús
dijo a sus discípulos: “Todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a
conocer” (Jn 15.15).
Para los
discípulos, fue un privilegio especial vivir, trabajar y tener comunicación con
el Cristo encarnado. Pero nosotros también somos privilegiados porque hoy, dos
mil años después, el Padre celestial desea tener una cálida y cercana relación
con nosotros, como la que tuvo su Hijo con los discípulos del primer siglo.
Nuestro
Dios no es una deidad distante. Él está cerca, y nos está llamando todo el
tiempo a vivir y permanecer junto a Él.
(En Contacto)
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