Leer |
Marcos 10.46-52 | En medio del dolor, podemos llegar a preguntarnos si a Dios
le importa, o si incluso sabe lo que estamos viviendo. Lo cual puede darnos un
concepto equivocado de quién es Él.
La Biblia
enseña que Dios trino es omnisciente. En otras palabras, Él lo sabe todo.
Ninguna acción, persona o situación —pasada, presente o futura— le es
desconocida (Sal 33.13-15; He 4.13). El Señor “escudriña los corazones de
todos, y entiende todo intento de los pensamientos” (1 Cr 28.9). Por su
conocimiento perfecto, Él nos conoce y sabe lo que necesitamos (Mt 10.29, 30).
El amor de Dios y su preocupación por nosotros no cambian, incluso cuando
nuestro sufrimiento sea resultado de nuestra propia conducta.
Jesús
demostró una y otra vez el cuidado del Padre celestial por su pueblo. Se reunió
con Nicodemo, y sin condenarlo o acusarlo le mostró el camino al Padre (Jn
3.3). En otra ocasión, el Señor visitó a Zaqueo, un hombre cuya falta de
honradez había perjudicado a muchos económicamente. Y el Señor Jesús inició
incluso una conversación con la mujer samaritana, una marginada por la
sociedad. También demoró su viaje en respuesta al clamor de un mendigo ciego
—le demostró compasión a Bartimeo e inspiró fe en él. Gracias a Jesucristo,
podemos estar seguros de que nuestro Padre celestial se preocupa por nosotros.
El amor de
Dios se extiende sobre nosotros, y por tanto quiere que vengamos a Él con
nuestras preguntas y sufrimientos. No permita que las pruebas le nublen la
mente en cuanto al gran amor que Dios le tiene. Acepte la invitación del Señor,
y traiga sus cargas a Él (Mt 11.28).
(En
Contacto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.