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Salmo 26 | Lo llamamos Liga de la integridad, pero es solo un puñado de hombres
que nos reunimos a la hora de almorzar para jugar al baloncesto. Nosotros
mismos cobramos las faltas, evitamos los arrebatos de ira, y tratamos de
mantener una atmósfera cortés y agradable. Somos competitivos y no nos gusta
perder, pero todos coincidimos en que la integridad y la honestidad deben
reinar.
Integridad…
las Escrituras señalan claramente la importancia de esta característica, y
honramos a Dios con nuestra vida cuando la ponemos en práctica.
A
través de su Palabra, el Señor nos ha dado razones claras para andar en
integridad (Salmo 26:11). La persona íntegra se asegura una vida tranquila;
algo desconocido para «el que pervierte sus caminos» (Proverbios 10:9). Al
creyente que vive con integridad, lo preserva su confianza en Dios, ya que
espera que Él intervenga en su vida en vez de dejarlo solo (Salmo 25:21). El
que practica la integridad recibirá guía e instrucciones claras (Proverbios
11:3).
¿Por
qué debemos ocuparnos de la «Liga de la integridad» en la vida? Porque obedecer
a Dios en esto demuestra que confiamos plenamente en Él y que deseamos reflejar
su gran amor ante los demás.
La
integridad es la manifestación práctica de un carácter semejante al de Cristo.
(Nuestro
Pan Diario)
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