LEA: Isaías
55:6-13 | Como capellán de una empresa, tengo el privilegio de conversar con
muchas personas de diferentes trasfondos. Algunas son escépticas en cuanto a la
fe cristiana. He descubierto tres obstáculos que les impiden confiar en Cristo
como Salvador.
Sorprendentemente,
la primera barrera no es una falta de disposición para creer que Dios existe,
sino cierta duda de que sean lo suficientemente importantes como para que Él
les preste atención. En segundo lugar, algunos creen que no merecen ser
perdonados. Por lo general, el propio ser humano es su juez más estricto. ¿Y el
tercer obstáculo? Se preguntan por qué Dios, si existe, no se comunica con
ellos.
Consideremos
los obstáculos en sentido inverso para ver qué dice la Palabra de Dios. En
primer lugar, el Señor no anda con intrigas, ya que promete que si leemos su
Palabra, hará que ella cumpla ineludiblemente el propósito divino (Isaías
55:11). En otras palabras, si la leemos, descubriremos que Dios está
comunicándose con nosotros. Precisamente por esta razón, la Biblia habla con
tanta frecuencia de la gracia y el amor del Señor para con todos (v. 7). Su
disposición a perdonar supera la nuestra. En cuanto descubrimos que podemos oír
la voz de Dios en la Biblia y vemos el énfasis en la misericordia divina, se
torna más fácil creer que nos presta atención cuando clamamos a Él.
La historia
de Dios es asombrosa, ya que puede darnos esperanza a todos.
El
escepticismo sincero puede ser el primer paso hacia una fe poderosa.
(Nuestro
Pan Diario)
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