Leer | Juan 14.1-3 | La eternidad no es fácil de entender, pero Dios
quiere que sus hijos vivan con una perspectiva eterna. Por eso, a lo largo de
toda la Biblia, Él enfatiza la segunda venida de Cristo, para ayudarnos a
pensar en nuestra vida en esos términos.
El estar consciente de que el regreso de Jesús puede suceder en
cualquier momento, mantiene a la iglesia enfocada. Pablo nos recuerda que
debemos poner nuestra mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Col
3.2). Aunque vivimos en el mundo material, debemos pensar en las consecuencias
a largo plazo cuando decidamos dónde invertir nuestro tiempo, dinero y
energías.
Es importante decidir obedecer el llamado de Dios a evangelizar. Todo
creyente tiene la responsabilidad de compartir el evangelio (Mt 28.19). El propósito
de la iglesia, como también el de todo cristiano, debe ser conducir al mayor
número de personas a la salvación eterna. Pero para que eso suceda, los
creyentes tienen que ocuparse de anunciar las buenas nuevas antes de que el
Señor Jesús regrese. Las personas no vendrán a Cristo, a menos que hayan
escuchado la historia de su gracia, de su misericordia y de su redención.
La Palabra de Dios recalca el regreso del Señor Jesús para que los
creyentes vivan pensando en lo eterno. Cristo puede venir en cualquier momento,
y cuando lo haga, quienes han puesto su fe en Él como Salvador, vivirán
eternamente en su presencia. En preparación para ese día, debemos vivir ahora
con nuestros pies en la tierra, con las manos ocupadas para Dios, y con
nuestros ojos espirituales esperando la llegada del Salvador.
(En Contacto)
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