Leer | Juan
3.16 | Piense en todos los regalos que ha recibido en su vida. Algunos pueden
haberle parecido maravillosos, sin embargo, Jesucristo es el único regalo que
cualquiera de nosotros recibiremos que vino directamente del cielo. Sin un
creador, sin principio ni fin, Él es diferente a cualquier otro regalo dado a
la humanidad. Y aunque el Señor Jesús vino al mundo como un pequeño bebé, Él es
precisamente lo que toda la humanidad necesita.
Cuando
usted puso su fe en el Señor Jesús como su Señor y Salvador, no pudo haber
recibido un regalo que fuera más práctico o necesario. El pecado había
arruinado tanto a la humanidad, que todos estábamos bajo la ira de Dios,
necesitando con desesperación el perdón y la liberación de nuestra
culpabilidad, vergüenza y conductas carnales. Teníamos necesidades emocionales,
materiales, y espirituales.
Por tanto,
Dios Padre nos envió a su Hijo unigénito. Él sabía que ningún otro regalo
podría jamás satisfacer nuestras necesidades o colmar nuestros anhelos, como
Jesucristo.
Él vino en
carne humana. En esto consiste la encarnación. Dios vino a este mundo con un
cuerpo como el nuestro, para que pudiéramos verlo, tocarlo y comprenderlo. Pero
la tragedia es que la mayoría de las personas nunca “desenvuelven” este regalo.
Lo mantienen como un niño en el pesebre o lo consideran un simple maestro o un
predicador. Si usted no desenvuelve el regalo, nunca sabrá lo que hay dentro.
Para abrir el regalo, abra la Biblia. Cuanto más conozca usted al Señor Jesús,
más entenderá lo perfecto que es este regalo para usted.
(En
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