LEA: Salmo
25:1-11 | Muchos conocen el majestuoso carillón del gran reloj de Westminster,
en Londres, comúnmente conocido como Big Ben. Es más, tal vez algunos tengamos
relojes en nuestras casas que suenan del mismo modo cada hora. La tradición
dice que la melodía fue tomada del Mesías de Händel. Además, las palabras
escritas en el cuarto donde está alojado el Big Ben tienen un significado
trascendente:
A lo largo
de esta hora,
Que el
Señor me guíe,
Y que por
su poder
Ningún pie
se desvíe.
Estas
palabras son un buen recordatorio de nuestra constante necesidad de la guía de
Dios. El rey David reconocía que necesitaba ser guiado todo el día, mientras
enfrentaba los desafíos de la vida. En el Salmo 25, declara: «Encamíname en tu
verdad, y enséñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado
todo el día» (v. 5). Deseoso de ser un obediente seguidor del Señor, clamaba a
su Redentor para que lo dirigiera. De corazón, anhelaba depender confiadamente
de Él a lo largo de toda la jornada.
Que este
sea también nuestro deseo. Por lo general, empezamos el día pidiéndole a Dios
que nos ayude, pero luego, otros intereses pueden distraer nuestra atención de
Él. No nos olvidemos de orar así: «A lo largo de esta hora, Señor, sé mi guía».
Que Cristo
sea tu primer pensamiento por la mañana y el último por la noche.
(Nuestro
Pan Diario)
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