LEA:
Génesis 12:1-8 | Muchos creyentes anhelan pasar un tiempo diario con Dios,
orando y leyendo su Palabra. Irónicamente, el exceso de actividad suele
distraerlos, y la frustración aumenta a medida que las ocupaciones parecen
llenar los horarios vacantes de sus agendas.
Oswald
Chambers comenta sabiamente sobre el poder transformador de pasar aunque sea
cinco minutos en la presencia del Señor. Sin duda, aun un tiempo breve de
intercesión y lectura de la Palabra es sumamente valioso: «Lo que nos moldea no
es aquello a lo que le dedicamos más tiempo, sino lo que ejerce mayor poder.
Cinco minutos con Dios y su Palabra valen más que todo el resto del día». Ahora
bien, podría parecer que Chambers exagera; sin embargo, aun un breve tiempo de
oración puede tener resultados extraordinarios, porque Dios es poderoso.
A veces,
nuestros días están repletos de obligaciones que no dejan tiempo para escuchar
a Dios y responderle. Pero, independientemente de donde estemos, cualquier
instante dedicado a construir nuestro «altar» espiritual al Señor, como hizo
Abram (Génesis 12:8), da paso a su poder transformador. Si te resulta difícil
establecer un tiempo para estar con Dios, puedes empezar con solo cinco minutos
y ver qué sucede. El Señor anhela encontrarse con nosotros y mostrar su poder
en nuestra vida.
Habla con
Dios. Él desea escuchar tu corazón.
(Nuestro
Pan Diario)
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