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Confiscaciones como las que ocurrieron en Chipre empiezan a tener lugar en todo
el mundo, lo que puede ser una señal de que se está estableciendo un nuevo
orden mundial, afirman los expertos.
El llamado 'bail-in' (la participación de
acreedores en el rescate de Chipre) se ha convertido en una práctica aceptada
en todo el planeta, lo que significa que a partir de ahora ninguna cuenta
bancaria o fondo de pensiones será 100% seguro, destaca Michael T. Snyder,
abogado, escritor, activista político y famoso bloguero estadounidense.
Así, por
ejemplo, actualmente el Gobierno de Polonia controla los fondos de pensiones
privados, y uno de los bancos más grandes de Italia, el Monte Paschi, está
organizando un 'bail-in'.
Durante
años, Islandia ha sido aplaudida por la forma en que manejó la última crisis
financiera. Pero ahora se está proponiendo que la 'garantía total' que
actualmente se aplica a todas las cuentas bancarias se debe reducir a 100.000
euros.
Los
ministros de Finanzas europeos han acordado un plan que haría del 'bail-in' el
procedimiento estándar para rescatar los bancos "demasiado grandes para
quebrar" en el futuro.
En Nueva
Zelanda y Canadá también están discutiendo la posibilidad de implementar un
'bail-in' del sistema para hacer frente a futuras quiebras bancarias
importantes.
"Es
solo una cuestión de tiempo que veamos exactamente lo mismo que está ocurriendo
en Estados Unidos. A partir de ahora habrá que ser muy tonto para guardar una
gran cantidad de dinero en una única cuenta bancaria o en un fondo de pensiones
único", opina el bloguero.
"Esto
significa que los Gobiernos del mundo ven en nuestro dinero parte de la
solución a los futuros errores de los principales bancos. Como resultado, ya no
hay ningún lugar realmente seguro donde guardar el dinero. Una de las mejores
maneras de protegerse es distribuir el dinero. En otras palabras, no poner
todos sus huevos en una sola cesta", aconseja Snyder.
Un paso hacia
un nuevo orden mundial
Otros
expertos destacan que la cuestión no se limita a los ahorros de los ciudadanos,
sino se trata de establecer un nuevo orden mundial. Es la economía de EE.UU. la
que hoy determina el estado de la economía global y, debido al poder financiero
y político de la primera economía mundial, también su desarrollo futuro.
Sin embargo, en EE.UU. solo el 20% del PIB se
crea en el sector real, el 80% restante se crea por medio de especulaciones
financieras, base del actual modelo neoliberal de desarrollo de casi todas las
naciones del planeta. La deuda de EE.UU. desde hace muchos años aumenta un 10%
anual, y el PIB un 2% anual.
Y ni todos
los activos de nueva creación en el mundo (4% del PIB mundial anual) serán
capaces de ofrecer su devolución. Elevar el techo de la deuda es cada vez más
difícil. "Pronto la pirámide de deuda colapsará o, mejor dicho, van a
intentar que colapse. ¿Cómo se puede obtener una reserva que permita restaurar
el poder financiero? En primer lugar, por supuesto, hay que recoger todos los
bienes en el extranjero, todos los que se puedan", opina la periodista
Lubov Lulko en su artículo en Pravda.ru.
"Vamos
a recordar la declaración del primer ministro británico, David Cameron, sobre
una posible salida de la UE, y la filtración de informaciones sobre la creación
de una zona económica transatlántica libre entre EE.UU. y la UE. Cada vez está
más claro que se trata de un plan para cambiar el orden mundial manteniendo los
viejos actores globales, y para crear nuevas alianzas en las que no habrá lugar
para un eslabón débil en forma de economías europeas 'periféricas'
débiles", explica.
Según la
periodista, el objetivo inmediato es eliminar zonas 'offshore', europeas y no
europeas, endureciendo todo el sistema de acumulación de capital, vinculándolo
a su territorio. Entonces los capitales serían, como en Chipre, expropiados en
parte, y el resto se destinará a la recuperación de la economía.
"Estados
Unidos y el Reino Unido han encontrado un aliado en Europa: Alemania. Es
evidente que entre los tres protagonistas ahora se está negociando activamente
la redistribución de los flujos financieros", destaca Lulo. "Por lo
tanto, el plan es simple: consiste en lograr un control centralizado rígido con
la ayuda de la crisis financiera y, mediante el uso de la fuerza, conseguir el
veredicto de la "troika" del FMI, el BCE y, digámoslo directamente,
de Alemania", resume la periodista.
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