LEA: Juan
5:18, 37-47 | Me llamó la atención una publicidad de una iglesia en la radio:
«Por lo que has oído del cristianismo, tal vez no te interese la religión.
Bueno, quizá te sorprenda… a Jesús tampoco le interesaba, pero sí enfatizaba
las relaciones interpersonales y la enseñanza de amarnos unos a otros».
Agregaba: «Tal vez no te gusten algunas cosas de nuestra iglesia, pero te
ofrecemos una comunión auténtica. Además, estamos aprendiendo a amarnos los
unos a los otros y a Dios. Tu visita será bienvenida».
Es probable
que esta iglesia haya exagerado algunos aspectos sobre Jesús y la religión, ya
que las Escrituras indudablemente declaran en Santiago 1:27 que la «religión
pura» consiste en hacer obras para ayudar a los demás. Pero Jesús tuvo
dificultades con los religiosos de su época.
Declaró que
los fariseos, motivados por la tradición y los reglamentos, y no por el amor al
Señor, «por fuera, a la verdad, [se mostraban] justos a los hombres, pero por
dentro [estaban] llenos de hipocresía e iniquidad» (Mateo 23:28). No tenían el
amor de Dios en su corazón (Juan 5:42). Jesús deseaba tener una relación
personal con ellos, pero ellos no querían acudir a Él (v. 40).
Si ser
«religioso» significa seguir una serie de reglamentos para parecer buenos, a
Jesús no le interesa esto. El Salvador desea que disfrutemos de una comunión
íntima con Él; por eso, ofrece perdón y amor a todos los que quieran tenerla.
Todo
corazón tiene un anhelo que solamente Cristo puede satisfacer.
(Nuestro Pan Diario)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.