LEER 1 Corintios 12:4-6 | Una oreja no puede respirar. Así como la nariz
no puede escuchar. El estómago no se hizo para pensar así como la cabeza no
procesa alimentos. La espalda no puede ver, sino los ojos. De la misma manera
cada creyente debe encontrar su lugar en el cuerpo de Cristo para así no
interferir con su funcionamiento.
La clave para que el creyente encuentre su lugar no solamente en la
Iglesia sino en la vida, es reconocer que es DIOS quien le creó y conoce cómo
funciona mejor. Por más que un gato quiera ladrar éste no lo conseguirá. Así
también el SEÑOR puede ahorrarle tiempo, esfuerzo y en ocasiones sufrimiento a
los suyos si éstos afinan su oído para recibir instrucción respecto a su
propósito. Sin importar que una mano crea que es pie ésta no podrá sostener el
avance del cuerpo y tendrá que ser cortada. Al igual alguien que no tiene
llamado de maestro fracasará al intentar enseñar con su solo conocimiento.
Los dones espirituales son herramientas dadas por el Padre en concordancia
con Su plan divino (1 Corintios 12:28-31, Romanos 12:6-8). Por lo que solo en
Su voluntad se tendrá éxito. Sería lo equivalente a que una flecha dé en el
blanco.
Los principales dones espirituales son palabra de sabiduría,
discernimiento de espíritus, don de lenguas, don de Interpretación de lenguas,
don de Profecía, dones de Sanidades, don de hacer milagros y don de fe. Y dependiendo del don o dones
que se hayan recibido del Espíritu Santo será la función del creyente en el
cuerpo y su misión en la tierra.
Te exhorto a buscar en oración el propósito de DIOS para tu vida y a que
obtengas los dones que necesitas para cumplir tu misión en la tierra, solo
pídeselos con fe y sinceridad al SEÑOR y Él te los dará. Si últimamente te has
sentido como una nariz que no puede oler o como un ojo que no ve, quizá estés
fuera de lugar. O si dentro de ti hay un fuego que no sabes cómo sacar, pide
dirección al SEÑOR para que active en ti lo que te ha dado.
No intentes
ser alguien que
no eres,
encuentra el lugar
que el SEÑOR
te ha dado.
Autor: Richy Esparza
Escrito para: Devocional Diario
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