LEA: Salmo
19:7-14 | ¿Dónde está Mary Poppins cuando la necesitas? Sé que suena como si
anhelara aquellos buenos tiempos pasados cuando las películas idealistas y
alegres presentaban personajes como esa institutriz ficticia, pero lo que en
verdad deseo es que haya personas con una visión realmente optimista del
futuro. Estoy ansiosa de ver personas gozosas y creativas que puedan mostrarnos
el lado positivo de lo que consideramos negativo, que sean capaces de
recordarnos que «la peor medicina, con azúcar gustará».
David
escribió una canción que expresaba una verdad similar: «Los juicios del Señor
son […] dulces más que miel» (Salmo 19:9-10). Raras veces oímos que la verdad
sea dulce. Lo más frecuente es escuchar que es amarga y difícil de absorber.
Pero la verdad es mucho mejor que un remedio para tratar lo que anda mal. Es la
dieta que previene la enfermedad. No es una inoculación ni una inyección, sino
una comida gourmet que debería presentarse como un deleite culinario y que
seduce al hambriento para que guste y vea que el Señor es bueno (34:8).
Cantamos
«¡Jesús, qué dulce nombre!», pero algunos lo presentamos como si se hubiese
vuelto amargo. La verdad pura, que no está manchada por la soberbia, es el
sabor más dulce y renovador de todos para quienes están hambrientos de sustento
espiritual. Y nosotros tenemos el privilegio de servírsela a un mundo que está
muriendo de inanición.
Tu justicia
es justicia eterna, y tu ley la verdad. —Salmo 119:142
(Nuestro
Pan Diario)
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