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Romanos 5:1-11 | Nunca olvidaré el Domingo de Resurrección de 1993, cuando
Bernhard Langer ganó el torneo Masters de golf. Cuando se retiró del hoyo 18
para recibir la chaqueta verde, uno de los premios más codiciados de este
deporte, un periodista le dijo: «¡Este debe de ser el día más maravilloso de su
vida!».
Sin pensarlo ni un instante, Langer respondió:
«Es maravilloso ganar el torneo más importante del mundo, pero es mucho más
significativo hacerlo el Domingo de Resurrección, para celebrar la resurrección
de mi Salvador y Señor».
Langer tuvo
la oportunidad de jactarse de su logro, pero en cambio, dirigió la atención
hacia Jesucristo. Pablo estaba refiriéndose exactamente a esto cuando escribió:
«… también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien
hemos recibido ahora la reconciliación» (Romanos 5:11).
Es fácil
buscar maneras de atraer la atención hacia nuestros logros personales y hacer
una lista mental de las cosas que nos hacen «geniales». Aun Pablo admitía que
tenía mucho de lo cual jactarse, pero que consideraba todo eso como «basura» en
comparación con conocer a Cristo (Filipenses 3:8). Haríamos bien en seguir su
ejemplo.
Así que, si
tienes realmente algo de qué jactarte, que sea en Jesús y en lo que Él hizo y
hace por ti. Busca oportunidades para que toda la atención se centre en Cristo.
No puedes
gloriarte en Cristo mientras estés ocupado en ti mismo.
(Nuestro
Pan Diario)
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