Leer |
Lucas 15.11-24 | Independencia espiritual significa vivir fuera de la voluntad
de Dios, y elegir agradarnos a nosotros mismos.
Lamentablemente,
los deseos pueden cegarnos. O bien queremos lo que no tenemos, o bien no
estamos satisfechos con lo que sí tenemos. Nos exasperamos ante la invitación a
negarnos a nosotros mismos para obedecer a Dios (Lc 9.23).
La
satisfacción personal se convierte en una prioridad, exponiéndonos al engaño.
El enemigo pinta un cuadro hermoso, pero falso, de cómo serán las cosas si
simplemente se produce un cambio en nuestras circunstancias. Empezamos a creer
la mentira de que la gratificación puede encontrarse en otra parte, y a olvidar
la verdad de que nuestra vida está completa en Cristo (Ef 1.3).
Cuando esta mentira nos influencia, es crucial
que tomemos decisiones centradas en Cristo. A menos que filtremos nuestros
deseos a la luz de la voluntad de Dios y nos aferremos a la verdad de que su
gracia es suficiente (2 Co 12.9), tomaremos decisiones que parecerán buenas y
que aparentarán ser inofensivas, pero nos apartaremos de la buena y perfecta
voluntad de Dios.
Durante un
tiempo podemos encontrar placer en caminar fuera de su plan. Hacer lo que
queremos en vez de lo que Dios quiere produce placer temporal, pero luego viene
la desesperación y, muchas veces, el desastre.
No importa cuán lejos haya usted vagado
espiritualmente, vuelva al Señor. Al igual que el padre en la historia del hijo
pródigo, Dios espera darle una calurosa bienvenida. En Él, usted encontrará
todo lo que necesita (Ef 3.18, 19).
(En Contacto)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.