RT | EE.UU.
perderá su hegemonía internacional y entre los años 2070 y 2080 tendrá lugar la
III Guerra Mundial, calcula el futurólogo brasileño Paulo Vicente Alves, de la
escuela de negocios Fundação Dom Cabral.
En un
artículo en el diario 'The Financial Times', Alves explica que su conclusión se
basa en la combinación de dos teorías de ciclos históricos de la economía. Una
es la teoría de estabilidad hegemónica, que dice que el mundo es estable solo
cuando tiene un líder y este líder cambia cada 100-140 años. Antes fue el
Imperio británico y ahora es EE.UU. La otra es la teoría de las ondas de
Kondrátiev que divide la moderna economía mundial capitalista en fluctuaciones
cíclicas de entre 47 y 60 años de duración: al inicio de un ciclo el desarrollo
de nuevas tecnologías causa un auge económico, luego el crecimiento se
ralentiza y llega una crisis. Después todo vuelve a repetirse. Al analizar las
dos teorías, Alves compuso un pronóstico para el siglo XXI y lo dividió en
cuatro actos.
Acto I: La
crisis de la década de 2020
Durante los
próximos cuatro años el mundo liderado por EE.UU. permanecerá en la subfase de
agotamiento. En 2018 la situación se agravará aún más y empezará la crisis.
Habrá 'guerras' por el petróleo, los metales y el agua en América del Sur,
África y Oceanía que durarán hasta 2030. Las causas son los cinco problemas
básicos de un estado moderno: un sistema de pensiones inestable, el aumento de
los precios de la energía, el aumento de los precios del agua y los alimentos,
una gestión pública ineficiente y el aumento del número de conflictos militares
y culturales.
Acto II: La
revolución tecnológica de los 2040
A partir de
2030 en un mundo todavía bajo la hegemonía de Washington empezará un período de
recuperación basado en robots, intelecto artificial, biotecnologías, energía
verde o tecnologías espaciales (o todo ello junto). Como resultado, entre los
años 2042 y 2055 tendrá lugar una expansión de EE.UU. y un auge económico internacional.
Sin embargo, la prosperidad financiera volverá a desvanecerse después: la nueva
fase de agotamiento durará hasta el año 2067 y coincidirá con la última etapa
de la hegemonía mundial de Washington.
Acto III:
Las guerras mundiales de los 2070-2080
En 2067
empezará una profunda crisis y la fase de transición en la que EE.UU. empezará
a perder su liderazgo a nivel global. Será un período de caos y conflictos
bélicos internacionales de mayor escala. Según Alves, las guerras se deberán,
por una parte, a las contradicciones entre el desarrollo que aumenta el consumo
de energía y recursos, y la preservación. Por otra parte, es posible un auge de
la inteligencia artificial y la manipulación genética, lo que resultará en una
crisis de identidad humana y derechos civiles para esta inteligencia
artificial.
De estos
conflictos se originarán tecnologías nuevas que desembocaran en soluciones
nuevas, asegura el futurólogo. En 2080 empezará un período de recuperación.
Acto IV:
¿Quién será el nuevo líder mundial después de EE.UU.?
En 2092 la
recuperación triunfará y dará lugar a una etapa de nueva expansión. Pero esta
vez el estado hegemónico será otro, no EE.UU.
A finales
del siglo XXI serán los paneles solares los que abastecerán al mundo con
energía, mientras que la fuente crucial de agua y metales serán los asteroides
conectados con la Tierra, lo más probable mediante ascensores espaciales. Por
ello el control del Ecuador terrestre será crucial para el liderazgo en el
futuro, deduce Alves. Otro factor importante es que no se ha formado por
completo durante el período anterior un nuevo poder hegemónico. Según el
analista, hay 5 candidatos posibles que corresponden a todas estas
características.
Estados
Unidos de Europa
Europa
puede convertirse en una sola nación que abarque, además, los territorios de
África del Norte y una parte de Oriente Medio. El acceso al Ecuador podría ser
a través de la Guayana Francesa que seguirá siendo departamento francés de
ultramar: hoy en día es formalmente parte de la Unión Europea como Región
Ultraperiférica y se ubica en la costa norte de América del Sur, entre Brasil y
Surinam, limitando al norte con el océano Atlántico.
Un EE.UU.
absorbido por México
La
integración continua de las Américas y la expansión de la población hispana en
EE.UU. resultará en una fusión de EE.UU. con México y, probablemente, con
algunas naciones más del Caribe. El acceso al Ecuador terrestre puede ubicarse
en Amapá, al norte de Brasil, o en el país del mismo nombre, Ecuador.
China y sus
colonias nuevas
La alta
demanda por parte de China de energía, alimentos, agua y minerales la está
empujando hacia África, América del Sur y Oceanía, lo que puede resultar en su
integración. Los vínculos posibles con el espacio podrían establecerse en
Kenia, Sumatra y Borneo.
La India y
sus colonias nuevas
La India
tiene una situación similar a la de China. Está expandiéndose hacia África,
América del Sur y Oceanía, y de nuevo Kenia, Sumatra y Borneo pueden
convertirse en sus vínculos con el Ecuador.
Una Brasil
expandida por Sudamérica
Brasil se
está expandiendo demográficamente y comercialmente por América del Sur, lo que
podría resultar en una integración demográfica y comercial. Un día puede
resultar también en una integración política.
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