Leer | JUAN 16.5-15
| En Mateo 13.11, el Señor Jesús
dijo a sus discípulos: “A vosotros os es dado saber los misterios del reino de
los cielos; mas a ellos no les es dado”. Como seguidores de Cristo, nosotros,
también, tenemos el privilegio de conocer todas las verdades que Dios ha
querido revelar en las Sagradas Escrituras.
Pero ¿siente algunas veces que otros creyentes han logrado
resolver el misterio de cómo regocijarse en medio del sufrimiento, vencer el
pecado, perdonar lo imperdonable o vivir una vida de amor de maneras que usted
todavía no ha descubierto?
Si esa es su situación, entonces le tengo buenas noticias:
el secreto para vivir la vida cristiana es llegar a ser un buen amigo del
Espíritu Santo. Él tiene todas las cualidades para ese rol, y no le defraudará.
La Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es alguien en quien podemos
apoyarnos, quien nos ayuda a tomar las decisiones correctas, y con quien podemos
compartir nuestros sentimientos más profundos (Jn 14.17; 16.13; 2 Co 13.14).
Pero el Espíritu Santo ofrece a los creyentes mucho más. Él
nos ama, nos protege y nos ayuda cuando oramos. También actúa en y a través de
nosotros con poder divino, y nos ayuda a ser como Jesús.
El Espíritu de Dios es una persona con quien podemos tener una
relación personal, y que desea lo mejor para nosotros. Pídale que se haga
evidente en su vida por medio de las Sagradas Escrituras, y esté preparado para
tener a un amigo como ningún otro en la Tierra —uno que está con usted todo el
tiempo, susurrándole la misericordia del Padre celestial y el amor del Salvador
para con usted.
(En Contacto)
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