LEA: Filipenses 4:4-9
| Se te mete en la cabeza. Te
perfora. Te taladra la mente. A todos nos ha sucedido que, por alguna razón,
una melodía se nos pega y resuena permanentemente en nuestra cabeza, sin que
podamos sacarla. Mi pesadilla personal es la canción de Disney, que puede
enseñarse en la escuela dominical: Muy pequeño el mundo es.
Dicen que la única manera de deshacernos de esta invasión
insidiosa es reemplazándola con otra melodía: la canción «limpiadora». Palabras
nuevas y una melodía renovada pueden desalojar la anterior.
Quizá podríamos usar también una canción limpiadora para
nuestros pensamientos. Cuando ideas pecaminosas o vengativas nos invaden la
mente, leer la Palabra de Dios y meditar en ella puede ayudarnos a limpiar lo
que pensamos.
Las Escrituras nos exhortan a amar al Señor «con todo
[nuestro] corazón, y con toda [nuestra] alma, y con toda [nuestra] mente»
(Mateo 22:37), y a «no [conformarnos] a este siglo, sino [transformarnos] por
medio de la renovación de [nuestro] entendimiento» (Romanos 12:2). Nos enseña a
pensar en lo verdadero, honesto, justo, puro, amable, admirable, excelente,
digno de alabanza (Filipenses 4:8).
Cuando nuestra mente se desvía hacia lo malo, el mejor
«limpiador» es permitir que la sabiduría de la Biblia penetre nuestros
pensamientos y corazón (2 Timoteo 3:16).
El carácter es la suma de todos nuestros pensamientos,
palabras y acciones.
(Nuestro Pan Diario)
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