RIES | El
fundador y líder de la secta Creciendo en Gracia, el puertorriqueño
José Luis de Jesús Miranda, ha reaparecido en público. Según informa el
medio Noticia Cristiana, ya no es igual porque ha sido “transformado”
tal como había profetizado una y otra vez, pero… en un hombre muy viejo.
Como se puede apreciar en un vídeo donde sale hablando con una voz
pausada y endeble, agradece a sus seguidores los regalos y “siembras”
que le han hecho llegar por motivo de su cumpleaños (hace 67). Y según
él está bien de salud y no está enfermo.
El día 30 de junio de 2012, los adeptos de la secta Creciendo en Gracia
dijeron: “¡El día ha llegado!”, el día para que se transformara el
cuerpo de Miranda en inmortal, pero esto no ocurrió, ni tampoco se
cumplió que dos tercios de la humanidad morirían y que el Vaticano sería
destruido y que sólo los fieles a Miranda sobrevivirían.
La secta “Creciendo en Gracia Internacional”, en el año 2012
intensificó su campaña promocionando la “transformación” del cuerpo
glorificado de José Luis de Jesús Miranda, pero todo hace indicar que
Miranda está enfermo. De hecho, en las redes sociales e Internet se
difunde que Miranda está supuestamente padeciendo de cáncer, y algunos
lo achacan a haber blasfemado contra el nombre de Dios.
Una transformación gloriosa
Tal como informábamos justamente hace un año, el 30 de junio llegaría
la gran transformación de la humanidad, marcada sobre todo por la
transformación personal del líder sectario Miranda en un ser inmortal.
Nada sucedió, y algunos adeptos abandonaron desilusionados la secta. Los
líderes del grupo habían asegurado que ese día el cristianismo
desaparecería de la faz de la tierra y que a partir del 1 de julio ellos
gobernarían el mundo, además de que los que se burlaron de sus
profecías y no se marcaron con el 666, pagarían las consecuencias y sólo
se escucharían las lamentaciones, mientras que los presidentes de las
naciones quedarían desconcertados.
Aunque pasó el 30 de junio, la esperanza para los seguidores de Miranda
era que en la madrugada del domingo sucedieran las transformaciones y
que el lunes 2 ellos estarían controlando el sistema mundial. Miranda
había prometido a sus adeptos que “la gran ramera (en alusión al
Vaticano) arderá en llamas y sería destruido, los medios de comunicación
lo iban a registrar en todos los idiomas y las naciones que
simpatizaban con este sistema religioso quedarían perplejos”.
Además, que los gobernantes de todas las naciones quedarían
desorientados y sin rumbo, sin hallar una solución, mientras que los
millones de seguidores de las tradicionales religiones y que hicieron
caso omiso al llamado de Jesucristo hombre se lamentarían y llorarían.
Aseguraban que el mundo entero se encontraría en un caos y la misma
Tierra sufriría las consecuencias de la desobediencia al evangelio de
Creciendo en Gracia, y por la mañana aparecería “Jesucristo hombre”
transformado después de muchos sufrimientos y burlas tal y como lo
profetizó el apóstol Pablo.
Los adeptos llegaron a asegurar que al siguiente día de su
transformación nacería un nuevo gobierno de justicia y equidad para las
naciones, todo a un orden perfecto, los climas cambiarían, los límites
volverían a establecerse, los animales convivirían libremente sin
importar su especie. En las ciudades desaparecerían los hospitales, las
cárceles iban a quedar vacías y todas las sinagogas del mundo serían
destruidas.
En sus creencias, la gente comenzaría a vivir en perfecta armonía en el
nuevo mundo de escogidos que habían sido predestinados para esa nueva
era, los que se marcaron con el “666” o “SSS” estarían con el “rey de
reyes” gobernando y todos serían convertidos en inmortales. El tiempo
fue quien se encargó de burlarse de estas falsas profecías y acabar con
una secta que obligó a sus seguidores a tatuarse con el 666 y muchos
llegaron al grado de marcar a sus hijos, quienes han sufrido
discriminación en la sociedad y en sus centros educativos por las ideas
fuera de lugar de sus padres.
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