Leer | EFESIOS 6.1-4 | Olvidamos
fácilmente lo poderosa que puede ser la influencia de los padres en sus hijos.
En ciertas ocasiones, el comentario de una madre o un padre puede ser todo lo
que se necesite para plantar una semilla de inseguridad en un hijo. Entonces, a
menos que se aplique sabiduría con sensibilidad, se les puede hacer un gran
daño a los hijos. Pensemos en las maneras como los padres, sin querer, fomentan
la inseguridad en sus hijos.
Primero, un ambiente familiar
caracterizado por el caos y la inestabilidad, los mantiene desorientados,
reservados y nerviosos. Como adultos, pueden sentirse rechazados, y pudieran
ser proclives a verse a sí mismos como indignos de recibir aceptación y afecto.
Segundo, los comentarios negativos
sobre el rendimiento o el carácter de un hijo pueden herir su corazón y afectar
su desarrollo personal.
Las expectativas poco realistas
pueden crear el sentimiento del amor condicional. Si un niño cree que sus
padres lo amarán solo por su rendimiento en los estudios, los deportes u otra
área, crecerá bajo el peso de una carga terrible.
Cuarto, la falta de reforzamiento
positivo puede ser paralizante. ¿Imagina lo que sería para usted no recibir
nunca ni la más leve palabra de estímulo, a pesar de haber intentado siempre
hacer las cosas de la mejor manera posible? Con el tiempo, esta clase de
privación puede despojar a la persona de la confianza en sus capacidades.
La tarea de criar hijos no está, sin
duda, libre de desafíos. No importa la edad que tengan ellos, decida
inculcarles un espíritu de confianza.
(En Contacto)
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