sábado, 2 de noviembre de 2013

¿Cómo detectar el bullying en mis hijos o estudiantes?






Familia | Este artículo tiene como propósito dar a conocer los síntomas del bullying, qué se debe tener en cuenta para detectarlo a tiempo, y cómo evitarlo cuando nuestros hijos son víctimas de este acto escolar.

 Nuestros hijos, como seres humanos sociales, deben relacionarse con el mundo. Después de su familia tendrán que enfrentarse a la escuela, donde ya no serán más el centro de atención, sino uno más. Allí se verán obligados a hacer frente a muchas situaciones y retos que los ayudarán a crecer y a madurar como personas. Pero, ¿qué es lo que debemos aceptar que vivan nuestros hijos, y qué no?

Es ahí donde muchos padres, docentes, e incluso los mismos educandos no se dan cuenta de que estos están siendo víctimas, o son causantes del famoso bullying escolar, que es el maltrato físico y/o psicológico deliberado y constante que recibe un niño por parte de otro u otros, que se comportan con él cruelmente con el objetivo de someterlo y asustarlo. El bullying implica una repetición continua de burlas o agresiones y puede provocar la exclusión social de la víctima, según las teorías psicológicas y pedagógicas que estudian el tema.

¿Cómo darme cuenta si mis hijos son víctimas de este acto social que se empieza a vivir a diario? A continuación enumero algunos aspectos a tener en cuenta:

    Tu hijo o hija ya no quiere ir a la escuela. Se le pregunta los motivos y no responde.

    Comportamientos somáticos, como dolor de cabeza, de estómago; diarrea y vómito sin ninguna explicación médica.

    Cambio de humor. Ya no es alegre y, por el contrario, se aísla de sus amigos o familiares.
    Aparición de moretones en el cuerpo. Al preguntarle al respecto dice que se ha caído, y no cuenta el caso real.
    Cambio de comportamiento. Llora, se muestra irritable, se entristece de forma constante.
    No quiere relacionarse con sus compañeros. Busca excusas para no hacerlo y evita pasar tiempo a su lado.
    Pierde o daña con frecuencia sus útiles escolares.
    Alteraciones en el sueño. Se despierta en las noches manifestando haber tenido pesadillas.
    Pide a sus padres que lo acompañen a la escuela y que lleguen temprano por él.

 A qué deben estar atentos los docentes:

    A los grupos de estudiantes en el patio o en los pasillos. Son ocasiones idóneas para planear qué van hacer y a quién.
    La poca participación de algún estudiante ante el grupo. Ese estudiante al que no le gusta hablar ante sus compañeros por temor a que se burlen de él.
    Si constantemente se queja de haber sido robado en el colegio.
    Poca relación con sus compañeros. Hay que indagar al estudiante sobre el porqué no se relaciona con sus compañeros.
    Variaciones en el rendimiento escolar, con pérdida de concentración y aumento en el fracaso escolar.
    Decide no volver al colegio. Los padres manifiestan que su hijo o hija no quiere volver al colegio pero que no da motivos válidos para dicha deserción.

Cómo debemos actuar frente al acoso escolar:

    No presiones a tu hijo o estudiantes a contar su caso; a través del diálogo podrás descubrir de qué están siendo víctimas.

    Solicitar ayuda de un especialista. Esto ayudará a tu hijo o hija a desarrollar confianza.
    En el colegio debe existir el departamento de convivencia, encargado de regular la agresividad en los estudiantes.

    No dejar tanto tiempo libre a tus hijos. Los juegos de video agresivos están llevando a los chicos en muchas ocasiones a ser ellos los practicantes del bullying.

    Si ves que se agrede a alguien, informar de inmediato al colegio o a los padres del agredido.

    Escuchar a nuestros hijos y estudiantes. Solo ellos saben lo que en realidad se vive en el aula de clases. Por esta razón debemos escuchar lo que nos cuentan y no dejar pasar nada.

El bullying escolar se está haciendo presente en todos los lugares educativos, en unos con menor frecuencia que en otros, pero se vive. No dejemos pasar estas cosas y abramos el canal de comunicación con nuestros hijos y estudiantes. Docentes y padres, ¿ya hablaron con sus hijos y estudiantes sobre este tema?

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