LEA: Mateo
7:24-27; Efesios 2:18-22 | En un viaje que hicimos con mi esposo, visitamos
Plymouth Rock, un símbolo icónico de los Estados Unidos. La tradición sostiene
que es el lugar donde los peregrinos, que llegaron a Norteamérica en el
Mayflower en 1620, posaron por primera vez sus pies. Si bien nos encantó
descubrir su significado, nos sorprendió y decepcionó que la piedra fuera tan
pequeña. Nos enteramos de que por la erosión y la gente que se llevaba
pedacitos, ahora solo mantiene un tercio de su tamaño original.
La Biblia
habla de Jesús como una Roca (1 Corintios 10:4) que nunca cambia (Hebreos
13:8). Él es la Roca firme sobre la cual podemos construir nuestra vida. La
Iglesia (el cuerpo de creyentes) se edifica sobre un cimiento del que «la
principal piedra del ángulo [es] Jesucristo mismo». Todos los creyentes están
unidos en Él (Efesios 2:20-22).
Jesucristo
es la Roca sólida a la que podemos aferrarnos cuando las tormentas de la vida
arremeten contra nosotros (Mateo 7:25). La escritora Madeleine L’Engle afirma:
«Es bueno que, ocasionalmente, se nos quite todo aquello donde nos apoyamos, ya
que esto nos permite discernir si lo que está bajo nuestros pies es roca o
arena».
Plymouth
Rock es una masa interesante de minerales con un intrigante significado
histórico. Pero Cristo es una piedra angular preciosa, y los que confían en Él
tendrán siempre una Roca de la cual depender.
Cristo, la
Roca, es nuestra segura esperanza.
(Nuestro
Pan Diario)
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