RT | Muchas
familias pobres de Egipto pactan bodas temporales para casar a sus hijas
adolescentes con hombres ricos de países del Golfo que las 'usan' en sus
periodos vacacionales. Esta es la historia de Mariam, una de esas víctimas del
turismo sexual.
Mariam, hija de un jornalero analfabeto
oriundo de un pueblo al sur de El Cairo, se convirtió, a sus 14 años, en la
'esposa temporal' de un hombre de 60 al que su familia la vendió en matrimonio.
Una vecina
del barrio comentó a la madre de Mariam que un hombre adinerado de Arabia
Saudita buscaba una niña virgen con la que casarse. A cambio, pagaría a la
familia 5.000 libras egipcias (unos 535 euros) y a la intermediaria, 1.500
libras egipcias (150 euros). Pocos días después, el 'pretendiente' se presentó en
su casa. El encuentro concluyó con la firma de un contrato matrimonial, de
acuerdo con el diario 'El Confidencial'.
Los padres,
que no sabían leer ni escribir, sellaron el trato con sus huellas dactilares.
Una vez casados, la pareja se mudó a un lujoso apartamento de un barrio de la
capital. Pero, cuando el verano llegó a su término, también lo hizo el
matrimonio. Ella fue devuelta a su familia con los papeles del divorcio. Nunca
más volvieron a ver a aquel hombre saudita rico.
Una práctica
muy extendida
Los
'matrimonios temporales' son una práctica cada vez más extendida en zonas
rurales de Egipto como Hawamdeya, Fayum, Badrashein o Abu al Nomros. La mayoría
de los futuros maridos son turistas de Arabia Saudita, aunque también los hay
de Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Jordania, Kuwait, Libia y Yemen.
Los precios
que pagan por las menores varían entre las 3.000 libras egipcias (320 euros) y
las 60.000 (6.500 euros). La cantidad de dinero que los padres reciben al
firmar el contrato de matrimonio de sus hijas depende de lo joven, blanca e
inocente que sea la niña, y de si es virgen o no.
"El
agente intermediario juega el rol principal. Taxistas o abogados del pueblo,
generalmente acompañados por una mujer, son quienes convencen a las familias
con hijas en edades tempranas", explica Lamia Loftey, quien realizó un
estudio sobre el fenómeno para la ONG egipcia New Woman Foundation (Fundación
para una Nueva Mujer).
El tipo de
contrato es el propio de los matrimonios 'urfi', que corresponden al derecho
consuetudinario y que consisten en un enlace no oficial pero legítimo desde el
punto de vista religioso y aceptado por el islam. La duración del mismo
"varía según las vacaciones y las exigencias del cliente, desde una semana
hasta dos meses", explica Loftey.
Además, el
acuerdo no ofrece ninguna garantía legal para las menores: si quedan
embarazadas no pueden exigir una manutención económica ni registrar al bebé con
el apellido del padre y, al haberse producido el embarazo cuando la chica era
menor de 18 años, este es ilegal, así que las jóvenes acaban perdiendo los
derechos sobre su hijo.
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