Leer |
FILIPENSES 3.7-11 | Dios quiere que la gente lo conozca. Si Él hubiera
preferido el anonimato, no habría inspirado a varios autores para que
escribieran un libro acerca de Él. Pero debido a que lo hizo, tenemos que
profundizar en las Sagradas Escrituras para convertirnos en fieles seguidores y
amigos del Creador.
Primero,
sabemos quién es Dios por su Palabra. Al leer la Biblia, tenemos información en
cuanto a su carácter, sus principios y sus maneras de actuar. Lamentablemente,
las iglesias están llenas de personas que saben mucho de religión, pero poco de
fe.
El segundo
paso es meditar en la Biblia, pensando en las palabras del Señor y permitiendo
que el Espíritu Santo las interprete. La única forma de comprender
correctamente este texto inspirado por Dios, es con la guía del Espíritu.
Por último,
tenemos que poner en práctica lo que aprendemos. Supongamos que usted lee que
Dios es nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Sal 46.1). Luego, cuando
se presente la tribulación, confiará en que Él le ayudará. Cuando le responda
—de la manera que Él sabe que es mejor—, aprenderá que el Señor le ayuda
respondiendo a su confianza en Él con una solución a su problema.
Con
frecuencia exhorto a los creyentes a leer la Biblia y profundizar en lo que
dice. La Sagrada Escritura es un documento vivo que le dirá cómo poner en
práctica la fe en la vida cotidiana. Solo después de seguir sus instrucciones
podrá ver a Dios de la manera en que es realmente —un Padre que anhela estar en
constante comunicación con sus hijos cada día.
(En
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