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GÁLATAS 5.19-25 | Si usted plantara varias semillas de manzana, ¿qué
cosecharía? ¡Manzanas, por supuesto! Es absurdo plantar semillas de manzana y
esperar tener una cosecha de naranjas, ¿no es así?
Ahora bien,
si usted plantara semillas de pecado en su vida, ¿qué cosecharía? Por
desgracia, el resultado es tan lógico como la consecuencia de sembrar semillas
de manzana.
¿Por qué,
entonces, es tan obvia la respuesta cuando hablamos de frutas, pero tan evasiva
cuando se trata del pecado en nuestras vidas? Muchas personas que se involucran
sin restricciones en actividades pecaminosas, se sienten sorprendidas y
consternadas cuando descubren las consecuencias desastrosas.
¿Por qué se
sorprenden? Probablemente porque nunca piensan que están sembrando semillas de
pecado; en vez de eso, se ven a sí mismas simplemente como “pasando un buen
rato”.
Esta es una
maniobra característica de Satanás. Con la tentación, el diablo ofrece siempre
una cosa, pero después da algo totalmente diferente. Lo bueno que creemos que
estamos recibiendo se vuelve amargo antes de que podamos disfrutarlo
totalmente. Es así porque el diablo no puede dar gozo duradero; lo único que
sirve son mentiras y destrucción.
Lea el
pasaje de hoy y pregúntese a sí mismo: ¿Estoy plantando semillas de la carne o
semillas del Espíritu? ¿Quiero cosechar las consecuencias del pecado, o quiero
una cosecha de fruto espiritual?
Simplemente,
no hay comparación entre las dos opciones. En realidad, podría decir que es la
misma diferencia que hay entre manzanas y naranjas.
(En
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