LEA: Marcos
10:17-27 | Muchas personas que asisten a los espectáculos de Marc Salem piensan
que puede leer la mente. Sin embargo, él lo niega y dice que no es ni vidente
ni mago, sino un observador minucioso de las personas. Le declaró a la
escritora Jennifer Mulson: «Vivimos en un mundo que es mayormente invisible
para nosotros porque no prestamos atención […]. Yo soy sumamente sensible a lo
que la gente emite» (The Gazette, Colorado Springs, Estados Unidos).
Es
interesante notar qué veía Jesús cuando se encontraba con la gente. Su
conversación con un joven rico que buscaba tener vida eterna se registra en los
Evangelios de Mateo, Marcos y Lucas. Marcos incluye este detalle en su
narración: «Entonces Jesús, mirándole, le amó…» (Marcos 10:21). Algunos tal vez
consideraron que este hombre era arrogante (vv. 19-20), mientras que otros
quizás envidiaron su riqueza; sin embargo, Jesús lo miró y lo amó.
A menudo,
nos centramos en la triste partida del hombre y su aparente falta de
disposición para renunciar a sus riquezas y seguir a Jesús (v. 22). Cuando los
discípulos se preguntaron en voz alta sobre cuán difícil es que un rico entre
en el reino de Dios (v. 26), «Jesús, mirándolos, dijo: Para los hombres es
imposible, mas para Dios, no; porque todas las cosas son posibles para Dios» (v.
27).
Hoy Cristo
nos ve a través de ojos de amor y nos invita a seguirlo.
Dios tiene
un ojo que todo lo ve y un corazón que todo lo perdona.
(Nuestro
Pan Diario)
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