LEA: Isaías
40:25-31 | Mi amiga Jane dijo algo en una reunión de trabajo, y nadie contestó.
Entonces, lo repitió, y tampoco obtuvo respuesta; sus compañeros simplemente la
ignoraron. Se dio cuenta de que su opinión no importaba mucho. Se sintió
desvalorizada e invisible. Tal vez tú también conozcas ese sentimiento.
El pueblo
de Dios se sintió así como nación (Isaías 40). ¡Solo que los israelitas creían
que era Dios quien no los veía ni entendía cuánto luchaban diariamente para
sobrevivir! El reino del sur había sido llevado cautivo a Babilonia, y la nación
exiliada se quejó: «… Mi camino está escondido del Señor, y de mi Dios pasó mi
juicio» (v. 27).
Si bien
Isaías estaba de acuerdo en que, comparadas con Dios, «… las naciones le son
como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le
son estimadas…» (v. 15), también quería que el pueblo supiera que Él da poder a
los débiles y fortaleza a quienes la necesitan (v. 29). Y agregó que si
esperaban en el Señor, Él les renovaría las fuerzas. Levantarían vuelo con alas
como las de las águilas; correrían y no se cansarían (v. 31).
Cuando te
sientas invisible o desvalorizado, recuerda que Dios te ve y se interesa por
ti. Espera en Él, y te dará nuevas fuerzas.
Aunque no
percibamos la presencia de Dios, su cuidado amoroso siempre nos rodea.
(Nuestro
Pan Diario)
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