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Corintios 5:12-21 |A Chris Simpson solía consumirlo el odio. Después que él y
su esposa perdieron su primer hijo, estaba confundido y amargado. Dirigió esa
rabia hacia diversos grupos étnicos y se cubrió el cuerpo con tatuajes que
expresaban esos sentimientos.
Sin
embargo, luego de oír que su hijo lo imitaba, se dio cuenta de que debía
cambiar. Vio una película cristiana sobre la valentía, y empezó a asistir a una
iglesia. Un mes más tarde, se bautizó y sigue a Cristo. Ahora es una persona
nueva y está dejando atrás el odio, lo cual incluye el doloroso y costoso
proceso de borrarse los tatuajes.
El apóstol
Pablo sabía algo sobre esta clase de transformación profunda. Odiaba a Jesús y
perseguía a sus seguidores (Hechos 22:4-5: 1 Corintios 15:9). No obstante, un
encuentro personal y una unión espiritual con Cristo (Hechos 9:1-20) cambiaron
todo y le hicieron reevaluar su vida a la luz de lo que Jesús había hecho en la
cruz. Esta unión con Él lo convirtió en una nueva persona. El antiguo sistema
del pecado, la muerte y el egoísmo habían pasado, y había llegado un nuevo
comienzo, un nuevo pacto y una nueva perspectiva.
Seguir a
Jesús no es hacer borrón y cuenta nueva; es empezar una nueva vida bajo un
nuevo Señor.
Estar en
Cristo no es rehabilitación, es re-creación.
(Nuestro
Pan Diario)
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