RIES | Hace
dos días me llegaron varios mensajes por Facebook alertando sobre un “gran
aviso a la humanidad” de carácter religioso y apariencia católica, enviados por
un perfil anónimo que únicamente se identifica mediante la imagen del Cristo de
la Divina Misericordia y que tiene tres “me gusta” (like): el Papa Francisco,
el Sagrado Corazón de Jesús… ¡y la Diócesis de Zamora! (no es por presumir,
pero fue la primera diócesis española con presencia activa en esta red social).
No les di mayor importancia. Cada poco me encuentro con cosas de este estilo.
Ya había dejado de lado los mensajes, cuando
ayer me dieron una pegatina que también anuncia “el gran aviso de Dios” –con
las mismas direcciones de Internet y la aclaración de que se trata de “nuevas profecías”
sobre la “segunda venida de Jesús”– encontrada… ¡en las calles de Zamora!
Concretamente, en el portero automático de un portal de viviendas. “Debe de ser
una nueva secta –me dijo quien me dio la pegatina–, échale un vistazo”. Claro,
ya hemos pasado del mundo virtual al mundo real, así que habrá que pararse a
pensar un poco y aclarar las cosas.
Un gran
aviso de Dios, esto es lo que se anuncia. Y la apariencia, como he dicho,
católica. ¿Y qué se encuentra el que accede a las páginas de Internet que
publicitan las pegatinas y los mensajes de Facebook? Los títulos lo dejan
claro: “mensajes de Dios dados a Maria Divina Misericordia”. Con el nombre de
esta supuesta señora así, sin acento ni nada, para parecer ser aún más fiel
traducción del nombre original, “Maria Divine Mercy” (así, a caballo entre el
latín y el inglés, aunque en otros lugares aparece más castellanizada, con el
apelativo de María de la Divina Misericordia, que suena más a religiosa de
clausura).
Digo lo de
“supuesta” porque en ningún sitio se dice quién es, ni se puede ver su rostro.
Será por aquello de la protección de datos, no sé… A la mayor información que
se puede llegar es a saber que se trata de una “profetisa y visionaria católica
romana europea, por el momento oculta”. Ella dice que los mensajes le fueron
revelados “por la Santísima Trinidad y la Madre de Dios” desde noviembre de
2010. Y la cosa da de sí, porque lleva ya más de 650 mensajes recibidos. ¿Una
vidente más? ¿Recibe de verdad revelaciones de lo alto? ¿Qué dice la Iglesia de
todo esto? Vayamos paso a paso.
En cuanto
al contenido de los mensajes, el resumen es sencillo: nos encontramos en los
tiempos anteriores a la Segunda Venida de Cristo –cosa que nadie puede
discutir, obviamente–, y Dios Padre, Jesucristo (del Espíritu Santo no se dice
nada) y la Virgen supuestamente le cuentan a esta supuesta señora los
“acontecimientos mundiales” que están por venir. Los mensajes originales son en
inglés, pero están traducidos a multitud de lenguas en páginas de Internet
publicadas con este fin.
¿Quién está
detrás? Se sabe tanto de los responsables de las webs como de la vidente: nada.
Eso sí, recursos económicos y personales, seguro, para asegurar ese despliegue
virtual… y con su efecto real de pegatinas por los portales. En cuanto a la
doctrina, hay una serie de contenidos de estas revelaciones que no se separan
nada de la fe cristiana, y que no plantean problemas: la misericordia divina,
la necesidad de la conversión, la maldad del pecado, la realidad de un juicio
final de Dios…
Pero
empezamos a ver cosas extrañas. El centro de lo predicho consiste en “el Gran
Aviso”, también llamado “la iluminación de la conciencia”. ¿Qué es? Según se
dice, “un acto de la misericordia de Dios”, que habría sido predicho también en
las apariciones de Garabandal. Lo realmente curioso es lo que sucederá durante
este Gran Aviso, y que no sólo llevará al arrepentimiento y dolor por los
pecados cometidos, sino mucho más. Lean, lean: “todos los mayores de 7 años
experimentarán un encuentro personal místico con Jesucristo que durará no más
de 15 minutos… Dos cometas chocarán en el cielo. La gente creerá que es una
catástrofe peor que un terremoto. Pero no lo es; es una señal de que Jesús ha
venido. El cielo se pondrá rojo, se verá como un fuego y entonces se verá una
gran cruz en el cielo para que usted primero se prepare. Los ateos dirán que
fue una ilusión mundial. Los científicos buscarán una explicación lógica pero
no habrá ninguna”. Menos mal que se aclara que “será espectacular y no nos
lastimará porque viene como un acto de Amor y Misericordia de Jesús”.
El carácter
negativo y catastrófico no puede faltar, como en todas estas profecías: “hay
anuncios de disturbios globales próximos, incluyendo guerras y terremotos que
aumentan, para que las personas vuelvan a la fe en Dios”. Se aclara también que
2011 sería el año de la purificación, ya que “los desastres ambientales a
finales del 2011, serán más violentos y también, infelizmente, en algunas
partes del mundo donde no acostumbran suceder”.
Claro que
hay muchas más cosas que llaman poderosamente la atención, y que denotan
arrogancia y hasta soberbia, empezando por el mismo nombre elegido por la
supuesta señora y siguiendo por su consideración de elegida de Jesucristo por
encima del resto de videntes y testigos de apariciones, para terminar con el
título de la recopilación de sus enseñanzas principales, que titula The Book of
Truth (el libro de la verdad). ¿Completa lo dicho en la Biblia? ¿O más bien la
sustituye? Porque el nombre no da para menos… María de la Divina Misericordia
dice ser el séptimo ángel del Apocalipsis y otras muchas cosas más.
La
totalidad de los mensajes requeriría un estudio profundo, dada su prolijidad.
Sólo voy a fijarme en uno reciente, de hace unos meses, para que nos hagamos
una idea del talante de las presuntas revelaciones recibidas por esta supuesta
señora. 17 de febrero de 2013. El mismo Jesús dice: “el cisma dentro de la
Iglesia Católica, como fue predicho, ahora será presenciado, visible por todo
el mundo. La partida de mi amadísimo Vicario Santo, el Papa Benedicto XVI,
marca el principio del fin. A través de ti, Mi profeta elegida, en los últimos
dos años, He tratado de preparar a Mi Iglesia sobre la tierra para este triste
suceso”. Respiren, tranquilos. Continúa Jesús: “la élite masónica se ha
apoderado del control sobre Mi Iglesia y usarán el engaño más perverso sobre
los Católicos”. La consecuencia es lógica: “el falso profeta ahora se hará
cargo de la Sede en Roma y Mi Palabra, así como lo fue en Mi tiempo en la
tierra, será tratada como herejía”.
Después de
esta revelación tan tremebunda, todos sabemos lo que sucedió: el 13 de marzo
hubo fumata bianca y “habemus Papam”. Jorge Mario Bergoglio fue elegido como
nuevo obispo de Roma con el nombre de Francisco. Y entonces las palabras
presuntamente dichas por Jesús continúan arremetiendo contra la Santa Sede y su
nuevo pastor: “la Corona de espinas perfora la cabeza de Mi Iglesia en Roma”,
leemos en el mensaje del 20 de marzo (día posterior al inicio del pontificado).
El 29 de marzo, Viernes Santo, no hubo uno, sino tres mensajes distintos.
En uno se
ponen en boca del Señor estas palabras: “hoy Mi Iglesia en la Tierra será
Crucificada”, marcando así el comienzo de la gran transformación. Y le dice a
los fieles: “vosotros debéis perseverar y permanecer leales a Mí y debéis
pedirme por guía en un tiempo en que el hombre que se sienta en la Silla de
Pedro, que rehúsa seguir en sus pasos o usar sus zapatos, destruirá vuestra
lealtad a Dios”. ¡Qué terrible! Y no sólo eso, sino que “el reinado en la Casa
de Pedro será corto y pronto Mi amado Papa Benedicto guiará a los hijos de Dios
desde su lugar de exilio”.
Se trata de
una revelación privada que tiene todos los visos de ser falsa. ¿Hace falta
entresacar más citas? No podemos entrar a juzgar a la supuesta señora ni sus
intenciones. Sí es muy discutible el posible carácter sobrenatural de sus
percepciones, en el caso de que no sea directamente un fraude. Como han
señalado algunos críticos, el anonimato en el que permanece la vidente no sería
sino un recurso para evitar que el obispo local a quien le corresponda la
jurisdicción sobre la que se presenta como “católica” emita un juicio negativo
acerca de estas supuestas revelaciones privadas.
Todos los
católicos, hasta donde yo sé, estamos localizados en alguna diócesis (o en
algún vicariato apostólico, o prelatura personal o territorial, y las formas
que prevea el Derecho Canónico), y la inserción en esa Iglesia local supone la
pertenencia a la Iglesia universal. Pues esta supuesta señora no tiene
diócesis, como tampoco nombre ni rostro. Por mucho que ponga en sus páginas de
Internet iconografía católica tradicional y anuncie el Año de la Fe y otras
cosas de la Santa Sede. Sin embargo, la difusión de sus escritos crece por todo
el mundo y es necesario sacar a la luz lo que dicen y clarificarlo desde la fe
católica en la que se consideran encuadrados.
¿Conclusión?
Hay unas normas de la Iglesia para el difícil discernimiento de las apariciones
marianas y, en general, sobre el tratamiento que hay que dar a las revelaciones
privadas. Pensaba comentarlas aquí. Pero ya se ha alargado mucho el artículo
con una sarta de barbaridades puestas en boca del mismo Jesucristo. Creo que
quedan suficientemente claras las cosas, aunque el trasfondo aparezca oscuro.
Algún día sabremos quién está detrás y por qué. Mientras tanto, a seguir
viviendo de la fe y confiando en la providencia, poniendo en juego la esperanza
y en práctica el amor.
Por Luis Santamaría del Río
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