LEA: Lucas
18:9-14 | Después de una cirugía menor de ojos, la
enfermera me dijo: «No mire hacia abajo durante las próximas dos semanas. No
cocine ni limpie». ¡La última parte de las instrucciones era más fácil de
cumplir que la primera! Las incisiones necesitaban cerrarse, y ella no quería
que les aplicara ninguna presión innecesaria al mirar hacia abajo.
C. S. Lewis
escribió sobre otra clase de mirada hacia abajo que puede causarnos problema:
«En Dios hallamos a alguien que en todos sentidos es inconmensurablemente
superior a nosotros. […]. Mientras seamos orgullosos no podemos conocer a Dios.
El orgulloso siempre se cree por encima de los demás; y, claro, mientras
estemos mirando hacia abajo no podemos ver lo que hay por encima de nosotros»
(Mero cristianismo).
Jesús
relató una parábola sobre un fariseo que se sentía superior a los demás. En una
oración orgullosa, le dio gracias a Dios porque no era como los otros hombres
(Lucas 18:11). Miraba despectivamente a los extorsionadores, los injustos, los
adúlteros y los recaudadores de impuestos que también estaban orando en el templo.
En cambio, el publicano sabía que era pecador delante de Dios y le rogaba que
fuera misericordioso con él (v. 13).
El orgullo
puede ser un problema para todos. Dejemos de mirar hacia abajo a los demás, y
veamos al Dios que está muy por encima de todos nosotros.
La soberbia espiritual es la más arrogante de
todas las clases de orgullo.
(Nuestro
Pan Diario)
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