LEA: 1 Pedro 4:7-11
| El invierno pasado, estábamos
ayudando a acomodar cajas con materiales en un evento de Nuestro Pan Diario,
cuando Corina nos saludó. Era a mediados de la mañana, y ella estaba segura de
que debíamos tener hambre y sed. Le dije que estábamos «bien», pero ella
respondió: «Yo sé que están bien, pero necesitan comer algo». Pocos minutos
después, regresó con un poco de agua fresca y algo para comer.
Durante los dos días que estuvimos allí, Corina pasaba para
ver si necesitábamos algo, nos traía comida y agua, y se llevaba la basura. En
una ocasión, le agradecí, diciendo: «Corina, tienes el don de la hospitalidad,
¿no es así?». Ella bajó la vista y contestó: «No lo sé. Pero usted escribe los
artículos devocionales y yo limpio. Y Dios es glorificado».
El deseo de Corina es glorificar al Señor ayudando a la
gente. Sin duda, tiene el don de hospitalidad, y lo ejercita bien. Dios ha
dotado a cada uno de sus hijos de talentos y capacidades para que Él pueda
servir a otros por nuestro intermedio. Puedes encontrar una lista de esos dones
en Romanos 12:4-13, 1 Corintios 12:27-31, Efesios 4:7-12 y 1 Pedro 4:9-11.
El Señor nos ha dado dones «para que en todo sea Dios
glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los
siglos de los siglos. Amén» (1 Pedro 4:11)
Tú eres único; Dios te creó para que lo glorifiques como
solamente tú puedes hacerlo.
(Nuestro Pan Diario)
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