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ROMANOS 4.18-25 | Continuando el estudio de ayer sobre la fe
vencedora, veamos otros elementos de este tipo de confianza.
• La confesión de la fe. David declaró: “Tú vienes a mí con espada y lanza
y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos” (1 S
17.45), y expresó su confianza en la salvación de Dios. Siempre que enfrentemos
dificultades, debemos proclamar nuestra fe, dando gracias al Señor por ser Él
quien es, por quienes somos nosotros en Cristo, y por lo que tenemos por medio
de su Espíritu.
• La confianza en el poder de Dios. David no afirmó ni una sola vez que
iba a derrotar el enemigo, sino que señaló que la batalla era del Señor; que
era por el poder del Todopoderoso que se lograría la victoria. En la mano de un
siervo de Dios, una simple piedra fue más poderosa que las armas del ejército
filisteo.
• La expectativa de la victoria. La fe que prevalece cree en la
victoria antes de que comience la batalla. Cuando David miró a Goliat, lo vio
como un adversario que ya había muerto.
¿Cómo se
produce esta creencia? Primero, peleamos la “batalla antes de la batalla”. Por
medio de la oración y la meditación en las Escrituras, superamos cualquier
temor o incertidumbre. Reafirmamos en nuestro corazón que esta es la batalla
del Señor, declaramos que la victoria es suya, y lo hacemos a la manera de Él
confiando en su presencia y su provisión.
¿En qué
aspecto de su vida necesita usted tener una fe que prevalezca? Acérquese al
trono de la gracia con fe, para recibir lo que necesite (He 4.16).
(En
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